Las autoridades también actualizaron la lista de personas desaparecidas hasta alcanzar las 631, más del doble de las que aparecían por la mañana y casi cinco veces más que el miércoles.
Los otros tres muertos se produjeron en el otro gran incendio que arde más al sur del estado, cerca de Los Ángeles, y donde no había reportes de desaparecidos.
Asimismo, la mayoría de los desaparecidos reside en la población de Paradise, de 26 mil habitantes y que fue completamente engullida por las llamas.
La localidad se encuentra en la falda de la Sierra Nevada estadounidense, con un clima seco y soleado que en el último medio siglo ha atraído a muchos jubilados, lo que ha hecho que la población se triplicase en cincuenta años.
La mayoría de la gente que aparece en la lista de desaparecidos tiene más de 60 años.
Por su parte, los bomberos lograron avanzar durante las últimas horas hasta contener la conflagración en un 40 por ciento, después de un par de días en los que los esfuerzos habían estado prácticamente estancados a causa de las condiciones meteorológicas desfavorables.
De acuerdo con los cálculos más recientes, «Camp», el incendio del norte, ha quemado un total de 10 mil 321 edificios (8 mil 650 de ellos hogares particulares) y ha arrasado 56 mil 655 hectáreas.
El Gobernador de California, Jerry Brown, y el secretario de Interior estadounidense, Ryan Zinke, visitaron este miércoles la zona afectada y prometieron auxilio estatal y federal para ayudar en las tareas de recuperación.
Los efectos del fuego alcanzan el área de la Bahía de San Francisco, de unos 7 millones de personas y a 280 kilómetros de distancia del incendio, donde desde el pasado jueves se mantiene activada una alerta por la mala calidad del aire a causa del humo.
En paralelo «Camp», el incendio del sur, que ha sido bautizado como «Woolsey» y arde también desde el pasado jueves muy cerca de Los Ángeles, ha cobrado tres víctimas mortales, ha quemado 39 mil 800 hectáreas y los bomberos han logrado contenerlo en un 57 por ciento.
Pese a que el origen de ambos fuegos sigue siendo desconocido y las autoridades mantienen abiertas sendas investigaciones, algunos de los afectados por la conflagración en el norte han presentado una demanda contra la mayor compañía proveedora de gas y electricidad del estado, Pacific Gas & Electric Co. (PG&E).
PG&E reveló la semana pasada a los reguladores que detectó un «problema» en una línea de alta tensión cercana al área donde se declaró el incendio solo unos minutos antes de que se iniciasen las llamas.