El anterior balance era de 179 fallecidos. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, que el miércoles visitó la provincia de Okayama, una de las zonas más afectadas, planea desplazarse el viernes a otra de las áreas golpeadas por las inundaciones y los corrimientos de tierra, indicó Suga. Abe tuvo que cancelar una gira por cuatro países ante las consecuencias de este desastre.
La esperanza de encontrar supervivientes se desvanecieron, una semana después del inicio de las lluvias, incluso aunque ya hayan cesado los aguaceros y las aguas hayan retrocedido.
Al menos 10 mil personas que evacuaron sus hogares o fueron rescatadas viven ahora en refugios, y el gobierno prometió poner un fondo de emergencia a su disposición para ayudarlos a regresar a sus hogares. «Haremos todo lo que podamos para que la gente no tenga que seguir viviendo en condiciones incómodas en refugios», dijo Abe.