LOS MOCHIS, SINALOA. El festejo del 10 de Mayo se convirtió en un instante en una pesadilla para el niño Javier, de escasos 3 años y 6 meses de edad, al caer sentado en una olla de pozole ardiendo.
Los hechos ocurrieron el pasado jueves en el ejido La Florida, ubicado a escasos 28 kilómetros de la ciudad de Los Mochis, entre las 12:00 y las 13:00 horas, cuando se preparaba en el patio de su casa la comida que habrían de compartir con motivo del Día de las Madres, pero de repente todo cambió. En cuestión de un momento se presentó el lamentable accidente, entonces llegaron los gritos y la desesperación de familia e incluso vecinos de la comunidad.
El incidente, por su magnitud, llamó la atención de los vecinos y familiares del menor, quienes en un momento temieron lo peor, pero actuaron con rapidez y buscaron de inmediato el apoyo médico.
El menor ingresó minutos después al Hospital General de Los Mochis y ante el grave cuadro por lesiones de quemaduras que presentaba, de inmediato se solicitó el respaldo de representantes del Patronato de la Fundación Shriners.
Jesús María Castro Acosta, presidente del patronato de esta fundación en Sinaloa, explicó que el menor presenta quemaduras de segundo grado en glúteos, espalda y en varias partes de su cuerpo.
Personal médico dictaminó quemaduras en el 40 por ciento del pequeño cuerpecito.
Dijo que al tener conocimiento del hecho y verificar la gravedad de las lesiones, inmediatamente realizaron las gestiones pertinentes ante el hospital especializado para tratar problemas de quemaduras ubicado en Sacramento, California, Estados Unidos, los cuales, al recibir las evidencias de la gravedad de las quemaduras, al igual que en otras ocasiones anteriores, dieron su autorización inmediata para trasladar al menor.
El menor fue trasladado alrededor de las 16:00 horas de ayer hacia el Aeropuerto Internacional de Los Mochis, en donde partiría de inmediato en una ambulancia aérea que ya lo aguardaba para trasladarlo hacia Sacramento, California.
El operativo de traslado de Javier “N ”se hizo en medio de una gran conmoción, ya que en la salida del áreas de urgencias del Hospital General de Los Mochis se apostaron decenas de familiares directos, amigos y conocidos que todavía no asimilaban la magnitud del hecho y con su presencia querían demostrar el apoyo a la familia en el infortunado trance que atravesaban por el penoso accidente.
El traslado de menor se realizó bajo estrictos cuidados médicos, ya que el trayecto se hizo apoyado por personal médico enviado por el hospital de Sacramento, California.