Este violento arrebato se produjo el sábado, tras el entierro de la víctima. El hombre, de 48 años, había entrado accidentalmente en el recinto en busca de hierba para sus vacas, precisaron las autoridades y agentes de protección animal.
Uno de los cocodrilos lo mordió en una pierna y luego un fuerte golpe de cola de un reptil lo hirió mortalmente, según las mismas fuentes.
Miembros de la familia del fallecido y otros habitantes de este barrio de Sorong, una ciudad portuaria de un poco más de 200.000 habitantes (este), se dirigieron luego a la policía para quejarse de la presencia de este criadero tan cerca de una zona residencial.
La policía les dijo que el propietario estaba dispuesto a indemnizar a la familia de la víctima.
Pero cientos de vecinos del barrio, enfurecidos, irrumpieron en el recinto armados con cuchillo, machetes y palas.
Abatieron a 292 cocodrilos, en su mayoría crías pero también adultos que medían dos metros de largo, es decir casi la totalidad de los reptiles que se encontraban en el criadero, según las autoridades.
Policías y miembros de la agencia de protección de animales intentaron intervenir pero los atacantes eran demasiado numerosos para impedir la masacre.