San Petersburgo.- El Mundial está hecho para las potencias.
Pueden existir animadores en una Copa del Mundo, pero Francia demostró que los grandes son quienes llegan a lo mejor de la fiesta y con el 1-0 sobre Bélgica mostró sus blasones para encumbrarse ya en la Final de Rusia 2018.
“¡Marchons! ¡Marchons!”, entonaron los aficionados franceses cuando caminaron precisamente a su cita con la “batalla” en el Estadio de San Petersburgo por el parque aledaño donde las banderas con azul, blanco y rojo se agitaron hasta el ingreso a la tribuna.
Y en la cancha tuvieron la respuesta a su fervor.
Al amanecer del segundo tiempo, el 51 en el reloj, uno de sus jugadores con raíces africanas, Samuel Umtiti elevó al equipo a la gloria en remate con la cabeza que por fin venció al que parecía una muralla en la primera mitad, Thibaut Courtois.
Sólo un despiste tuvo uno de los dos equipos, mínimo por parte del belga Marouane Fellaini al perder la marca de Umtiti, pero suficiente para que se rompiera un juego extremadamente táctico y técnico y se definiera a un vencedor.
Porque al acierto francés y al descuido de Fellaini se les unió un concierto de imprecisiones belgas en en último tercio del campo y la necesidad de que Courtois luciera para evitar más goles.
La destreza de Eden Hazard en el manejo del balón no recompensa ni claridad en él área francesa y si acaso un par de disparos, uno propio y otro de Toby Alderweireld exigieron al galo Hugo Lloris.
Y del otro lado, Francia apretó a Courtois con los acercamientos de Kylian Mbappé, un torbellino por los costados, y las triangulaciones entre Antoine Griezmann y Olivier Giroud que mantuvieron a raya a los laterales de los Diablos Rojos.
Los movimientos del técnico español que dirige a Bélgica, Roberto Martínez, llegaron tarde y no funcionaron, porque cada vez Les Bleus tuvieron más espacios para contragolpear.
Francia cerró el juego, mostró el arte de la defensa y ganó la batalla de San Petersburgo.
“¡Allez Les Bleus!” La escuadra francesa va a una Final después de 12 años para buscar la revancha de la que perdió por un cabezazo de Zinedine Zidane, y así marchar al campeonato del mundo.